jueves, 10 de noviembre de 2011

Puta distancia.

Hay tres tipos de personas respecto a la forma de actuar. Los que hacen lo que quieren sin preocuparse por nada, los que se quedan con las ganas de hacer mil cosas y los que piensan en las consecuencias y evaluan si merece la pena o no realizar algo. Yo estoy entre el primer grupo y el tercero, no suelo quedarme con las ganas. Sí, supongo que pareceran las dos mejores opciones, pero a veces es mejor quedarse con las ganas, morderse el labio y ya irás a otra cosa. Porque cuando tienes algo que has conseguido, aunque sea por poco tiempo, te ilusiona y ya no te quieres desprender de eso. Ahora me baso en la distancia en haber conocido a alguien, no haber hecho caso a las consecuencias y tener que echar de menos cuando podría no haber hecho nada. Lo peor es saber que tienes a alguien y que no puedes tenerle a tu lado, porque hay muchos kilómetros que os separan, y no de manera física, si no de un modo cercano y a la vez intocable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario