Me tiro cada día al vacío para sentirme lleno
échale un par de besos a mi vida e intenta ponerle freno
Si el amor echa a correr no vale la pena perseguirlo y que las drogas no son parches, no curan lo que está roto pero cura la ansiedad.
Tu eres el ruido y yo la música.
"No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía".
La poesía, la música, el buen cine, la fotografía, la risa nos salva de este mundo en el que solo importa la codicia, el bien propio, el egoísmo. Cada minuto que pasa me doy dando cuenta de que esto se va a pique, que somos hormigas gobernadas por una persona que no es un ejemplo a seguir, por casualidades de la vida se hizo 'presidente' y desde su sillón de piel manda y desmanda a quién le da la gana, mientras miles y miles de personas sufren desnutrición, muertes por drogas, desahucios y un largo etc. Y ellos lo único que saben hacer/ decir es un interminable "saldremos de esta, pondremos la paz en el mundo". Y digo yo cómo van a poner la paz en el mundo si son los primeros en crear guerras, en tener a todas las hormigas ( es decir a nosotros) en constante enfrentamientos y para colmo inventan enfermedades o drogas nuevas para matarnos. Poco a poco nos están matando y encima les damos la razón. Porque aquí en este mundo si una espiga empieza a crecer el Gobierno se encargará de quitarla como sea, antidisturbios, multas exageradas de dinero casi por andar por la calle.
Por esto lo mejor un libro, un café, y música y enriquecerte culturalmente, porque creo que es lo mejor que puedes hacer. Demostrar que no todos somos unos subnormales como algunos que están allí arriba y se creen los dioses. Enriquecete, lee, consulta, experimenta, comprueba, investiga. Porque en esta corta vida eso vale la pena. Tener tus propias ideas, ideología, poder hablar con todo el mundo de diferentes temas y tener algo que aportar mientras los de arriba nos quieren comer. Y aunque ahora se rían, los últimos ríen mejor.