domingo, 18 de diciembre de 2011

Tú me enseñaste lo que significa amar y ser amada, hasta tal punto en el que antepuse tu felicidad a la mía, porque si tú eras feliz yo me conformaba con eso, porque lo que más deseaba en este mundo es que tú pudieras ser feliz. 
Claro cómo no, me encantaba pensar que esa felicidad te la daba yo, pero no podía rechazar la idea de que esa felicidad te la podían dar otras personas que no fueran yo; pero me dio igual, estuve en todo momento a tu lado, en lo bueno y en lo malo, pero sobre todo en los malos momentos cuando necesitabas alguien con quien poder desahogarte, alguien de confianza con el que poder hablar… allí estaba yo dispuesta a sacarte una sonrisa, porque tu estado de ánimo me influencia más de lo que te puedes imaginar, porque si tu estas mal yo estoy mucho peor. 

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