sábado, 3 de diciembre de 2011

A veces la felicidad se puede convertir repentinamente en miedo; para tomar la felicidad se requiere más coraje que para aguantar el dolor.

A ilusión con lleva al miedo,  y el miedo al temor.
¿No habéis sentido esa sensación en que la felicidad y el miedo se apoderan de ti?
Piensas que todo lo que te rodea todo tus sueños y locuras, llegas a obtener la felicidad al cien por cien. Pero cuando está a punto de conseguirla, te entra ese miedo, esas ganas de pararte y dejar atrás lo conseguido.
No lo pienses, tu intenta conseguir esa felicidad, cueste lo que CUESTE.
Mi felicidad completa eres tú y desde luego no tendré ningún miedo  a la hora de poder tenerte. El único miedo que tendré será el perderte para siempre.

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