miércoles, 29 de febrero de 2012

El verdadero amor no es aquel que te lleva rosas al portal de tu casa, ni el que te promete la luna si no sabe dártela, ni el que te dice te quiero mil veces, ni el que te mande mensajes todos los días con un te quiero y diciéndote que piensa en ti. Porque el verdadero amor no se ve en los primeros años de una relación, cuando todo es bonito, la gente no se cansa y no discuten. Si no que, el verdadero amor, es aquel que aun que lleves 10,20 o 30 años juntos te sigue mirando de la misma forma, se sigue despertando dos minutos antes para verte dormir y luego despertarte a besos, el que te dice te quiero al oído, el que te lleve a ver el mundo y con el que tengas los mejores recuerdos de tu vida. 
Con el que puedas escribir un libro sobre vuestra historia de amor, como en aquella novela. El que de su vida por ti. El que te cuide y te proteja pero que te deje ser tu misma. El que sufra si te ve mal. El hombre de tu vida es aquel que a los ochenta años, cuando seas vieja y tengas mil arrugas en la cara te diga con ojos de enamorado lo guapa que eres recién levantada y el que se quede a tu lado aunque tu ya te hayas ido. Por eso no creo que el verdadero amor se sepa nada mas verlo, puede que lo quieras, pero no sabes si es el amor de tu vida, el verdadero amor de tu vida hasta que no empezáis a hacer una vida juntos, hasta que no formáis una sola vida, un solo camino que han recorrido dos almas unidas por un lazo tan fuerte que ni hasta la propia muerte podrá destruir.

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