lunes, 2 de julio de 2012

Lo que viene se va, y no avisa.

El tiempo siempre estará ahí, esperando el momento adecuado de decirte: "Eh, tú. Sí, sí, tú. Mira" y enseñarte lo que perdiste y lo que no valoraste como merecía. Es así de fastidioso.
No intentes girarle la cara amigo, porque no, no te servirá de nada. El tiempo siempre encuentra una manera de hacerte ver tus errores y obligarte a aprender de ellos.
¿Sabes? Te lo digo desde los ecos de la experiencia. No te arrepientas de haber sufrido por amor. El amor no es amar sin medida, es sufrir sin medida, porque cuando sufres, cuando duele, es porque te importa, y si te importa, merece la pena.
Cuando estés con alguien y de pronto te entre la más mínima duda no hagas caso a los que dicen que es que no amas, que si amases no dudarías, no. No tienen razón. Amar tiene riesgos y a veces, los seres humanos tememos esos "peligros", pero son tan excitantes, tan preciosos... no has de perdértelos por simple miedo.

No puedo jurarte que no fallarás, que no te harás daño... de hecho, lo más probable es que sí, que te caigas, que aparezcan nuevas heridas en tu pecho... de eso se trata amar.
¿Que el amor de otra persona hacia ti se acaba? No seas egoísta y déjalo marchar. Si tú quisieras alejarte no querrías que te retuvieran... pues no retengas tú a los demás. Cada persona es un ente individual, no le quites su derecho a la libertad.
Así que, resumiendo, aprovechad cada instante del amor que os acompaña día a día. No me refiero sólo al amor romántico, sino amad a vuestros padres y sentid el amor que os tienen, amad a vuestros hermanos y hermanas, a vuestro amigo, a vuestro perro, a todas esas personas que hacen de vuestra vida un lugar en el que vale la pena estar. Aprovechad, porque lo mismo que viene, se va. Y no suele avisar.

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