lunes, 2 de julio de 2012

Y como a menudo se dice: ''mejor o peor cada cual seguirá su camino'', y yo he intentado seguir el mío lejos de ti, lo he intentado una y otra vez con igual resultado, resultado negativo. He intentado olvidarte, borrarte, odiarte e incluso sustituirte, cosa que no ha dado resultado, y quizás sea porque no llego a sentir por ellos ni siquiera una cuarta parte de lo que sentí contigo cada momento, cada día, lo que sentí cada instante de los que estuve a tu lado. Y si, el tiempo se está encargando de borrarte, poco a poco, parece que le está costando tanto o más que a mí, pero lo está haciendo, lentamente y a veces dolorosamente lo está consiguiendo. Si algo es verdad es que ya no te recuerdo de la misma manera, a menudo me cuesta recordar algunas de nuestras cosas e incluso me aburre pensar o hablar de ti, ya no es lo mismo, como sabíamos que pasaría todo esto se deteriora, sí, después de haberse roto los pedazos empiezan a deteriorarse, a descomponerse poco a poco hasta desaparecer para siempre de todo, cosa que tiempo al tiempo acabará por hacer. Y aún habiendo admitido todo esto, que es mucho más que cierto, me duele admitir que por mucho que todo lo nuestro se esté deteriorando para perecer algún día en el olvido aún existen cosas que me duelen, que me rascan por dentro y me dejan en carne viva, como verte con otra, ver con mis propios ojos que dejaste de ser mío, que puedes ser de una diferente cada noche y que hasta puedes volver a enamorarte, cosa que ni siquiera sé si llegaste a hacer conmigo, por que una cosa es saber y otra distinta comprobar, guiarte por aquello que has visto, porque aquello que ven tus ojos no puede desmentirlo ni todo el amor que todavía quede escondido por cada recoveco de ti. 
Hace mucho tiempo que las paredes de nuestro fuerte se vinieron abajo e incluso lo hicieron el techo y el suelo también, llevándose por delante todo lo que encontraron por su paso, pero hoy, ahora, justo esta noche, justo en este momento ha vuelto a pasar, se han caído también las paredes que yo misma construí con mis propias manos, sin ayuda de nadie, sin tu ayuda, esas paredes que intenté levantar a modo de escudo protector, las que intenté levantar para proteger lo poco que quedaba de nosotros, por muy derruido que estuviese ya, a partir de ahora no queda nada, ni siquiera los restos de algo que quizás nunca fue, algo que quizás inventé, hoy no eres mío, aunque haga mucho tiempo desde que dejaste realmente de serlo, hoy no soy tuya, aunque falte mucho tiempo para que realmente deje de serlo. Hoy digo adiós, otra vez, como tantas veces antes, como tantas lágrimas antes, y por último te pido perdón, por haberte recordado más de lo que tú decidiste recordarme a mí, por haberte querido más de lo que tu decidiste quererme a mí, y si de ahora en adelante alguna vez te echo de menos perdóname, te aseguro que no lo haré con mala intención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario