sábado, 16 de noviembre de 2013

[La gente cambia] No, la gente empeora.

"Y dicen las canciones que después de la lluvia viene el sol y luego la lluvia. Mentira. Después de la lluvia sigue la lluvia..."


 Cuando llega el invierno todo cambia. El chico con el que rompiste antes de verano para que él pudiera estar con quien le diera la gana durante esos tres maravillosos meses te viene a pedir perdón.
La rutina te empieza a matar lentamente y cuando menos te lo esperas estás colgado de un hilo fino en un acantilado. Con miles de exámenes, presiones, suspensos y decepciones. 
Pero de momento... ¡Es Otoño! Solamente quedan 35 días para que se vaya, y con él las hojas de los árboles. 
Ellos se quedan desnudos y nosotros igual. Y sin darnos cuenta se nos congela el corazón -más de lo que está-. Hace mucho que el corazón está como ausente para ciertas personas, lo tienen estropeado o simplemente con la poca empatía y sensibilidad se le ha ido convirtiendo en piedra. 

En noches así siempre se anda uno preguntando cuánto ha olvidado y cuánto de todo esto va a recordar en el futuro. Después  los antidepresivos detienen todos esos malditos neurotransmisores y uno ya no se pregunta nada. 

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