domingo, 8 de abril de 2012

Todos dicen que no vales la pena, que no mereces mis lágrimas y créeme, opino lo mismo, pero en los sentimientos no se manda.
El corazón tiene razones que la razón no entiende, y mi cabeza me dice que soy fuerte, que merezco algo más que un príncipe ausente que al parecer ya se buscó princesa.
Mi corazón es un suicida que se quedó en el pasado que tenemos en común y se niega a salir de allí. Dice que allí lo pasó mal pero también fue feliz... y se niega a regresar.
Sinceramente, he llorado lo indecible cuando me he quedado sola en casa, he releído todas nuestras conversaciones, intentando teletransportarme hasta esos reuerdos y vivirlos de nuevo como en "Efecto Mariposa"... pero ha sido inútil. A la que alzaba la vista de la pantalla, me veía igual de sola y con las mismas lágrimas rondando mis mejillas.
Cuando empezamos a escribir el cuento se me había olvidado que los cuentos tienen su fin...y me dejé llevar sin pensarlo.
A la gente le digo que me consuela verte bien con ella, ver que no sufres y que eres feliz, pero en verdad, cada "te quiero" vuestro es una puñalada certera en mi orgullo y en lo que siento... una grieta más en mi destartalada fachada
Echo de menos todo de ti... Y hay dos partes de mí misma que no dejan de discutir; la que te extraña y pide que vuelvas, y la sensata que dice que aunque me duela es mejor dejarte ir... y no puedo más.

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