Hay personas que se ilusionan tanto, tanto, que están como si tocaran las nubes, lo malo de eso es que todo lo que sube, baja. Y la hostia que te pegas es tremenda. Y eso es lo que me ha pasado. De un día para otro, hostia en toda la boca. ¿Consecuencia? Una persona llorando. Una persona que daría lo que fuese para que todo lo malo fuera una pesadilla y que todo siguiera como antes. Una persona que lo pasa mal, se calla y sonríe.
Sonríe por encima de todo, a todo el mundo, aparenta ser fuerte hasta que se queda sola en casa, ahí es cuando uno se pone los cascos y las lagrimas fluyen. Pero de eso nadie se da cuenta, nadie se da cuenta lo que sufres, lo que duele, lo que lloras, solo se fijan en los errores en si eres más puta, mas zorra, o más tonta.
Todo lo que un día escribí, todos los miedos que dije están ocurriendo. Y ya no aguanto más, no aguanto vivir así...no aguanto ver como te distancias, como vuelves y como te vuelves a distanciar. No aguanto que la persona que más amo, me haga daño y que no se de cuenta.
Y lo peor de todo es que sabes lo que pasa, lo que pasó ese día, y lo que pasará en los días próximos, o por lo menos te haces una idea. Porque yo no soy positiva, y siempre veo lo peor de las cosas. Y sin querer me hago daño a mi misma.
Sales a la calle, te despejas estás con la gente más cercana a ti, te ríes, disfrutas. Y llegas a casa abres el Twitter y te encuentras con otra cosa, otro comentario que a ti te duele. Y desearías marcharte de todas las redes sociales. Pero minutos después te das cuenta de que no puedes vivir sin saber de él, que necesitas saber como está aunque joda ver cosas.
Intento estar bien, intento.
Big girls, don't cry.
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